"Autoestima política y
renovación de izquierda",
la columna de Verónica Ferrari
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Vivimos nuevamente la
fractura de la izquierda y este andar errático de no saber qué pasará con el
Frente Amplio, o tal vez de no querer aceptar lo que ya pasó con el Frente
Amplio.
Esta vez, Fuerza Social
repitió lo que hizo anteriormente, bombardear la tan soñada “unidad” e irse
hacia la centroderecha, con esa derecha que trata de pasar
por agua tibia sus relaciones con la corrupción. La coalición paniagüista, esta
alianza de centroizquierda con liberales (¿existen partidariamente?), se
prepara para el 2016, tal vez encabezada por Susana Villarán otra vez (lo que
sería lamentable, pero parece que son capaces de tal ceguera) y muchos ya están
abriéndose del FA. Total, para ellos ya no sirve de mucho ese espacio, en el
que hicieron y deshicieron como quisieron. Ahora algunos bailarán con su
pañuelo mientras la izquierda decepcionada (en donde me incluyo) carece de un
espacio de articulación que, otra vez, no vuelva a repetir los mismos “errores”
(y lo pongo entre comillas porque error que se repite no es error).
En este contexto, frente al
vacío y la crisis de la izquierda, se hace necesario nuevamente un espacio
articulador que se vincule de otra forma con la ciudadanía y las bases sociales
que siguen esperando para empujar el antaño y siempre renovado sueño de
justicia, igualdad y dignidad. Este espacio tal vez ya esté en construcción,
existe mucha gente que aún tiene esperanza y está consciente dela necesidad de
hacer una nueva política en donde partidos políticos, que mantienen la
coherencia, y movimientos sociales, que son el germen y la posibilidad de
transformación, vayan de la mano asumiendo las tareas cruciales que tienen que
llevarse adelante para que la derecha no siga cooptando los imaginarios con su
fervor al pragmatismo y la individualidad.
Ad portas del 2016, en
donde la crisis no puede agarrarnos desorientados, se necesita que esta
izquierda “decepcionada” plantee una alternativa de representación para todos
aquellos que estamos cansados de repetir la historia. Existe la necesidad de
construir una corriente de izquierda que aglutine esta urgencia por
posibilidades reales de cambio que han quedado inconclusas. Un lugar común que
se escucha es que no tenemos cuadros políticos de izquierda que den la batalla,
pero eso no es cierto, ahí están Verónika Mendoza y Marisa Glave, mujeres que
han demostrado coherencia, compromiso y una mirada de
horizonte amplio. Ellas liderando este proceso serán los nuevos aires que
posibiliten la construcción de esta nueva alternativa de izquierda que dejé
atrás el conservadurismo, la estrechez mental, el machismo y la homofobia.
Cansadas estamos las mujeres,
los jóvenes, los LGTBIQ, de tener que repetir siempre los mismos discursos
frente a oídos obtusos que no son capaces de ver la necesidad de levantar estas
demandas, que solo tienen ojos para el neoliberalismo en
su versión más estrecha sin lograr ver que el neoliberalismo está engarzado y
se sostiene sobre nuestras espaldas.
Necesitamos una renovación
de la izquierda en donde los viejos líderes se den cuenta de que ese ya no es
su papel, ellos ya no deben estar más a la cabeza de estas reivindicaciones,
deben asumir un rol de guía y mentoría, y dejar que los nuevos cuadros la
luchen por el Perú que anhelamos. No queremos nuevamente una mesa llena de
cabezas canosas y masculinas presentando a la “nueva izquierda”, eso ya no
tendría ningún sentido, eso sería más de lo mismo, queremos más mujeres y
jóvenes de izquierda haciendo política, ahí está la esperanza.
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